La periodista Yelitza Linares entrevistó al español
Javier Errea, profesor universitario, ganador de cuatro premios de la Society
for News Design (SND) al mejor diseño de diarios, director de Errea Comunicaciones, es un
consultor de medios de comunicación, pero no de los tradicionales. Es un
autocrítico del oficio.
Errea no cree en la integración de redacciones, en las
ediciones de los domingos arrevistadas ni tampoco le convence la máxima de
estos tiempos de que las redes sociales han mejorado al periodismo. Su credo es
que publicar buenas historias, escritas con calidad, es la única fórmula mágica
para salvar este ejercicio profesional.
Aquí reproducimos la entrevista publicada en Ultimas Noticias, días antes de su participación en el Seminario Diseño de la Información 2013:
Aquí reproducimos la entrevista publicada en Ultimas Noticias, días antes de su participación en el Seminario Diseño de la Información 2013:
“El periodismo tiene que ver única y exclusivamente con eso tan dificilísimo que es contar historias. Es decir, ayudar a entender el mundo y a compadecernos de él. Compadecer es un verbo precioso: significa no lamentarse resignadamente, sino padecer con. Hablamos, por tanto, de empatía, de solidaridad, de humanismo radical. Lo demás es accesorio. No es que lo diga yo, es que es accesorio. Y como las empresas informativas no quieren verlo, o no lo aceptan, y no lo aceptan porque se trata de algo muy complejo, se dedican a comprar soluciones de otro tipo. Es lo fácil. Comprar soluciones como quien compra aspirinas. Pero el periodismo no va de eso”.
¿Qué significa hoy con todos los recursos multimedia
que existen, contar una buena historia?
Contar una buena historia es ser capaz de hacer
empatía con tu audiencia, y desde ahí, con la sociedad. Es decir, tocar la
fibra más honda, allí donde se comparten los valores, las sensaciones, las
emociones. Contar una buena historia te hace imprescindible. No importa cómo lo
hagas ni por medio de qué plataforma. Eso es lo de menos. Ten esa historia y
cuéntala con sabiduría, con ternura, con rigor. ¡Ya verás cómo te buscan!
¿Es posible contar buenas historias en varias
plataformas?
Un periodista puede contar buenas historias. Ha de
estar en eso. Otros tienen que estar para distribuir esa historia por los
canales adecuados. Si un periodista está atento al canal, no está atento a la
historia. Y la historia, cómo se cuenta, se resiente. Las organizaciones
periodísticas deben tener profesionales especializados en los distintos
procesos de comunicación, supongo. Soy bastante radical en esto.
Muchos quieren contarlas en 140 caracteres. ¿Cree que
las redes sociales han mejorado al periodismo?
Claramente, no. La batalla de la inmediatez no es la
batalla del periodismo. Esa será la batalla de la distribución. No la nuestra.
No me importa quién da la noticia primero sino quién la da bien, mejor. ¡Qué
más da anunciar algo diez segundos antes que tu competencia! Eso es algo que
nos han vendido interesadamente y que forma parte de la sociedad de consumo
radical y devoradora en la que vivimos. Una sociedad que no genera más
conocimiento sino más ruido. 99% de lo que se dice o vive en Twitter son
majaderías. A mí eso, que en el fondo tiene que ver con la vanidad y con el
intento de satisfacerla, no me interesa. Lo que se ha abaratado es la
posibilidad de publicar desahogos personales.
¿Cree en la integración de redacciones?
No.
¿Por qué?
La integración de redacciones es una maniobra fruto
del nerviosismo de una industria que no sabe cómo recortar gastos para mantener
los beneficios registrados durante años. No responde a una convicción ni está
produciendo mejor periodismo. Es una medicina paliativa. A mi modo de ver, una
gran mentira. Y a ella contribuyen numerosos consultores. Está produciendo
esquizofrenias, por cierto. Lo que pasa es que queda estupendo hablar de salas
de redacción con forma de sistema solar en un congreso de editores, organizar
giras y visitas, y vender así el elíxir del futuro, la pócima que salvará el
periodismo. Los resultados están a la vista.
¿No ha servido para que
los periodistas y los medios acompañen a sus audiencias en todas las horas que
consumen información?
No creo que la batalla de los diarios esté en la rapidez. No se puede estar a la vez en la batalla de la rapidez y en la del periodismo de calidad. Es imposible. Requiere dos tipos de profesionales, dos mentalidades, dos preparaciones, dos ritmos, dos flujos diferentes. Pretender coordinarlos en uno y que convivan no es posible. Bueno, sí es posible porque se hace, pero no mejora ni uno ni otro. Y, a la larga, los empeora. No conozco ninguna redacción integrada que funcione bien.
No creo que la batalla de los diarios esté en la rapidez. No se puede estar a la vez en la batalla de la rapidez y en la del periodismo de calidad. Es imposible. Requiere dos tipos de profesionales, dos mentalidades, dos preparaciones, dos ritmos, dos flujos diferentes. Pretender coordinarlos en uno y que convivan no es posible. Bueno, sí es posible porque se hace, pero no mejora ni uno ni otro. Y, a la larga, los empeora. No conozco ninguna redacción integrada que funcione bien.
Todo son parches. Esto no es
un alegato romántico ni ingenuo por el papel frente a otras plataformas, sino
un alegato por las redacciones monomedia: zapatero, a tus zapatos; elige qué
quieres ser y ve por ahí con todas tus fuerzas.
Javier Errea pasó de ser un redactor jefe a un coach
de redacciones, como él se define. Aunque adora escribir, asesora a través del
diseño.
“Me parece una fórmula muy interesante y amigable, menos amenazadora, de abordar problemas complejos de las redacciones. Porque el diseño tiene que ver con toda la organización, y cada vez son más los antiguos jefes de diseño o directores de arte a los que se les encomienda la coordinación de cambios de gran alcance, operaciones de convergencia, nuevos proyectos, etcétera. Conozco varios casos muy ilustrativos. En el fondo, el diseño hace alusión al funcionamiento, a los flujos, a cómo organizar todo”.
Hace 10 años, en una conferencia
en Guatemala, le escuché sobre su angustia por la abundancia de contenidos en
los periódicos de los domingos, porque tenía que decidir entre leerlos y
compartir con la familia. Eso se mantiene, los domingos se publican las mejores
historias, pero hay que sumarle a ello todos los contenidos digitales que se
ofrecen. ¿Ahora está más angustiado?
Los diarios del domingo están perdiendo importancia a pasos agigantados. Son datos, tampoco es una opinión. Por supuesto, sigue habiendo una inercia grande que hace que en muchos países las ediciones dominicales sean las más voluminosas, las que más publicidad generan. Pero no siempre son las más interesantes. Un diario no puede ser nunca algo frío ni arrevistado, en contra de lo que algunos han venido predicando insistentemente, y que por desgracia ha encontrado eco en tantos lugares. Un diario debe dar noticias. El arrevistamiento de los diarios trajo algunas cosas buenas, pero después se ha convertido en una de las mayores lacras. Leo mucho más los ejemplares de los días laborables.
Los diarios del domingo están perdiendo importancia a pasos agigantados. Son datos, tampoco es una opinión. Por supuesto, sigue habiendo una inercia grande que hace que en muchos países las ediciones dominicales sean las más voluminosas, las que más publicidad generan. Pero no siempre son las más interesantes. Un diario no puede ser nunca algo frío ni arrevistado, en contra de lo que algunos han venido predicando insistentemente, y que por desgracia ha encontrado eco en tantos lugares. Un diario debe dar noticias. El arrevistamiento de los diarios trajo algunas cosas buenas, pero después se ha convertido en una de las mayores lacras. Leo mucho más los ejemplares de los días laborables.
Es organizador de los
premios Malofiej de infografía. Es mucho lo que ha visto. ¿Hacia dónde cree que
debe evolucionar la infografía?
La infografía revolucionó los diarios de todo el mundo y los abrió a otros formatos narrativos que han resultado atractivos a los lectores de todas las plataformas. Pero, como suele pasar, la infografía también cayó en la autocomplacencia y, tras años de grandes avances, se estancó. Sigo pensando que los gráficos son imprescindibles en un diario y que, como sucede con la fotografía, los diarios no se lo acaban de creer. Piensan que los puede hacer cualquiera y que cualquier tablita es un gráfico. Vivimos, por otra parte, un tiempo en el que la visualización de datos ha cobrado un auge tremendo, no solo en los diarios, en el periodismo, sino en cualquier sector. El tratamiento visual de datos procura hacer inteligible el inmenso caudal de información que recibimos. Otra cosa es que ese tratamiento realmente esté facilitando su comprensión o, como pasa con frecuencia, la haga aún más difícil. Es un tema muy interesante y que está suscitando riquísimos debates. En cualquier caso, esto es como los textos: tiene que evolucionar hacia una madurez y hacia una relevancia. No son dibujitos. No se hacen en un minuto. No sirven para rellenar agujeros.
La infografía revolucionó los diarios de todo el mundo y los abrió a otros formatos narrativos que han resultado atractivos a los lectores de todas las plataformas. Pero, como suele pasar, la infografía también cayó en la autocomplacencia y, tras años de grandes avances, se estancó. Sigo pensando que los gráficos son imprescindibles en un diario y que, como sucede con la fotografía, los diarios no se lo acaban de creer. Piensan que los puede hacer cualquiera y que cualquier tablita es un gráfico. Vivimos, por otra parte, un tiempo en el que la visualización de datos ha cobrado un auge tremendo, no solo en los diarios, en el periodismo, sino en cualquier sector. El tratamiento visual de datos procura hacer inteligible el inmenso caudal de información que recibimos. Otra cosa es que ese tratamiento realmente esté facilitando su comprensión o, como pasa con frecuencia, la haga aún más difícil. Es un tema muy interesante y que está suscitando riquísimos debates. En cualquier caso, esto es como los textos: tiene que evolucionar hacia una madurez y hacia una relevancia. No son dibujitos. No se hacen en un minuto. No sirven para rellenar agujeros.
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Hasta el 2014
En esta edición (Junio 2013), el Seminario Diseño de la Información (SDI), realizado en Caracas, contó con la participación de António Pedro
Santos (Portugal); Gastón
Roitberg (Argentina); Javier Dario
Restrepo (Colombia); Gonzalo Frasca
(Uruguay); Javier
Errea (España); Milfri Pérez (Venezuela);
Danisbel
Gómez Morillo (Venezuela); Martha Ortiz
Gómez (Colombia); Joaquín Ortega
(Venezuela); Fabricio
Miranda (Brasil); Nathalie Alvaray
(Venezuela).Como siempre, este importante encuentro fue coordinado por la periodista Carmen Riera, Directora de Arte de la Cadena Capriles.
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